Scientology: Una epopeya fraudulenta

Hace 75 millones de años, el dictador de la Confederación Intergaláctica, Xenu, trasladó billones de individuos a Teegeeack (hoy, planeta Tierra) para acabar con la sobrepoblación de los 76 planetas que tenía a su cargo. Xenu los reunió bajo el pretexto de querer llevar a cabo una inspección hacendaria, para después paralizarlos y capturar sus thetans (almas) en una mezcla de alcohol y glicol. Transportándolos en buqes espaciales, el dictador los trajo a la Tierra y descargó los cuerpos congelados en las bases de volcanes en todo el planeta. Después, los conspiradores colocaron bombas de hidrógeno dentro de los cráteres para detonarlas simultáneamente. Éste fue el primer genocidio que acaeció en la historia del universo.

Aunque suene a ciencia ficción, según la Iglesia de la Cienciología, no lo es. La historia fue escrita por el fundador de la doctrina, el autor de géneros fantásticos L. Ron Hubbard, a finales de la década de los sesenta. El texto es parte de la etapa OT III (Operating Thetan, nivel tres) de los cursos de Cienciología, y se mantiene confidencial a cualquier individuo de menor rango. Sin embargo, han existido fugas de estos “secretos” y, con justa razón, hoy en día son objeto de crítica.

La Iglesia de Scientology, como también se le conoce, se ha visto involucrada en constantes controversias y litigios, debido, principalmente, a las demandas y protestas de sus ex militantes. Por lo mismo, el relato anterior ha sido negado o desconocido públicamente por sus adeptos debido a la ridiculez del contenido; esto para evitar el distanciamiento y la desaprobación, aún mayor, de un mercado potencial.

No obstante la secta goce de un estatus de religión en algunos países (en E.U.A desde 1993), los gobiernos de otras naciones se han negado a aceptarla; e, incluso, en Alemania es considerada un negocio. Según cifras exageradas de la institución para los Estados Unidos, sus afiliados estriban en los millones; mientras que investigaciones de la Universidad de la Ciudad de Nueva York afirman que, en 2008, únicamente 25,000 estadounidenses se identificaron como cienciólogos al responder a sus encuestas. La importancia de la estadística en este caso tiene que ver con el poder que otorga la multitud al organismo para negociar la posición de institución religiosa y, de este modo, evadir impuestos en el país de residencia.

Francia es uno de los Estados que se ha opuesto al grupo sectario. En septiembre de 2008, la Iglesia de Scientology enfrentó cargos por fraude organizado en París, con la posibilidad de ser prohibida por completo si perdían el caso, además de resultar en el probable encarcelamiento de los directivos de la sede parisina. Casi un año después, en su fallo del pasado 27 de octubre de 2009, el Tribunal Correccional de París recetó la imposición de multas a la organización por un total cercano a los 900,000 dólares, encima de los 2 años de prisión suspendida para uno de los líderes locales, mas no fue censurada.

Según Miviludes (Mission Interministérielle de Vigilance et de Lutte contre les Dérives Sectaires), la agencia francesa que protege a la ciudadanía de las manipulaciones sectarias,  la Cienciología es un movimiento peligroso que pone presión en sus víctimas, intimida y chantajea. Pese a esto, las autoridades consideraron más prudente la sanción monetaria que la prescripción debido a que es más fácil controlar actividades legales que clandestinas.

La Cienciología es un ardid que se filtra por los blandos poros de la mente que busca un propósito. En la actualidad representa un grupo de poder que despliega entre sus líneas a grandes figurines de la industria mediática, como Tom Cruise, John Travolta, Kristey Alley, Will Smith y el músico Beck; siendo el primero su campeón universal. En México, no es broma, Johny Laboriel es una de sus celebridades.

Valiéndose de la innegable vulnerabilidad de la sociedad actual y el desencanto del sistema en el cual estamos sumergidos, dicho dogma ha manipulado a sus feligreses para exprimir sus economías con la promesa de que así alcanzarán la felicidad y la libertad verdaderas. En Estados Unidos y Europa, un cienciólogo promedio “invierte” hasta 40,000 dólares en sus primeros años de credo, entre libros, cursos y aparatos tecnológicos extravagantes que se asegura son necesarios para progresar rápidamente en la doctrina. Esto no sólo aplica a los acaudalados, sino a gente de recursos limitados que hacen lo posible para mejorar su “condición enferma” y crecer en cada ámbito.

Con todo, los hechos muestran que ya son bastantes los inconformes que, al llegar a cierto nivel en la pirámide de la seudociencia, vuelven la vista atrás para darse cuenta de que fueron despojados de su patrimonio familiar. En E.U.A. esto ha ocasionado manifestaciones en contra del culto y la creación de grupos opositores que le exigen al gobierno tomar cartas en el asunto.

La Cienciología lleva instalada más de 20 años en México. Es decir, ha estado timando por más de dos décadas con total impunidad, estafando a los incautos que se dejan seducir por sus ofertas. Hoy en día la secta sigue operando para ensanchar sus bolsillos, a pesar de que algunos de sus líderes nacionales fueron descubiertos en estafas y otros crímenes, incluyendo violación de menores.

El mundo como lo conocemos está decayendo. Entre crisis y crisis, la depresión social aumenta junto con la desesperación; pero no porque estemos necesitados de dinero, esperanza o amor vamos a olvidar que no todo lo que brilla es oro. Siempre han existido los abusivos y los oportunistas, pero la distinción entre realidad y ciencia ficción es piedra angular en el proceso de cambio que nuestro mundo necesita. Hoy, más que nunca, debemos mantener los pies en la tierra.